
Viajar en tren por Bangladesh, es más que un simple desplazamiento ferroviario. Un viaje por los cinco sentidos del país…
Bangladés. Febrero 2013
Hoy os voy a tocar el tema de viajar en tren por Bangladesh o Bangladés. Sí, los trenes, un tema favorito para mí y de un país que está entre mis top 5 para visitar.
Un país fluvial, pero también ferroviario. Si tenemos en cuenta su extensión, de apenas un tercio de la de España y 165 millones de habitantes, sus 2855 km de líneas ferroviarias, es un auténtico borboteo de gente que usa este transporte público.

Muchas veces hemos visto imágenes y videos, no sin comentarios sarcásticos, de trenes abarrotados hasta en el techo y la máquina, y que nos hace preguntarnos cómo podrá ver el maquinista la vía. A menudo se le atribuye a India, pero en realidad son imagenes de Bangladés.
La importancia del ferrocarril para la movilidad de los ciudadanos de Bangladés no varía mucho de sus parientes paquistaníes e indios. Eso sí, hablar de parientes hoy en día con las pésimas relaciones entre ellos, es algo alegórico.

En Bangladés hay tantas barreras naturales que no resultaría fácil para los ingenieros ingleses diseñar un óptimo trazado para salvar su caprichosa orografía y barreras fluviales. El ancho métrico, usado de manera mayoritaria, y que favorece la reducción de las grados de curvatura, se combina con el más ancho en zonas orográficas menos exigentes. Destinos populares como Chittagong, Khulna, Shylhet están cubiertos por la red ferroviaria de Bangladés e incluso que conecta hasta Calcuta en el Maitree Express cuatro días de la semana. Evitar viajar en tren por Bangladesh por tal motivo, no puede ser una excusa.
Cómo son las estaciones en Bangladesh

Una buena idea para empezar a conocer el mundo del tren en Bangladesh, es tantear primero una estación de una gran ciudad. Seguramente la primera que podréis entrar en contacto será la de la capital Dhaka (o en español Daca). Me refiero a la estación de Kamalapur.
Un primer contacto paseando por los andenes, por el vestíbulo y por las afueras de la estación os dará una gran idea de lo que representa este medio de transporte.

Sentarse en un banco y dejarse llevar por lo que va ocurriendo. Esperar a que llegue un tren o que salga. En definitiva, respirar el ambientillo y todo lo que se cuece allí.
Sin duda os daréis cuenta de que viajar en tren por Bangladesh, no va a ser igual que coger un tren en una estación de cualquier ciudad europea.

El hormigueo de gente merodeando, viajeros que se suben al techo de los coches (vagones) o los sonidos del chirrío de las ruedas de las maniobras de las maquinas. Vendedores de todo tipo, sobre todo snacks, té y refrescos y mucha gente que usa las vías del tren como si fuera el pasillo de su casa.

Otra de las curiosidades de la estaciones del tren en Bangladesh son lo que llamo yo «El Tío de la vara». Los aficionados a las series cómicas de José Mota saben a que me refiero. Son policías con cañas de bambú, que no las tienen de adorno. Los veréis en todas las estaciones de Bangladés. Y las suelen usar para aquellos viajeros que se cuelgan a los estribos del tren cuando ya se pone en marcha, o para limitar el aforo de los andenes. Yo no probé el efecto en primera persona, pero sí los vi actuar en varias ocasiones, y os aseguro que es mano de santo.

También se ven viejas profesiones ferroviarias ya desaparecidas en España. Me refiero a los visitadores. De manera eufística llamados «ingenieros de sonido». Los veréis con una maza que va golpeando las ruedas del tren, y dependiendo del sonido, descubrirán si están más calientes de lo normal, o si tienen fisuras.

La estaciones ferroviarias, quizás adolezcan de la monumentalidad victoriana de muchas de India o Pakistán, pero son un minimundo imprescindible para visitar, vaya o no un viajero a viajar en tren por Bangladesh.
¿Y los trenes?

Una vez se ha respirado el aroma ferroviario bengalí en cuanto a sus estaciones, es cuestión de centrarnos en los trenes de Bangladés.
Como regla general, viajar en tren por Bangladesh implica grandes dosis de paciencia y sacrificio. En cuanto a los trenes, muchos de ellos os recordarán a los trenes indios. Hay de todas las clases, comodidades y precios. Con o sin aire acondicionado, ventiladores, con compartimentos, literas, tipo intercity, borreguero, y lúgubres con asientos de hierro. Vamos, para todos los gustos.

Si decidís viajar en tren en Bangladesh, todo dependerá de vuestro presupuesto, y lo más importante, de lo qué esperéis vivir en vuestro viaje.
Ya no digo viajar en un coche (vagón) de tercera clase, pero viajando en modo vip se perderá mucho su encanto.

En general, los vendedores ambulantes que veis en los andenes, los veréis de igual manera en los trenes. Muchos se suben en una estación y se bajan en la siguiente. Conocen muy bien el trayecto y la hora que le van a sacar más partido a su venta. Os sorprenderá ver algunos trenes más bien modernos tipo automotor. Pero por lo general son de máquina (para los entendidos del tipo Alco) y que remolcan entre 10 a 15 coches. Todos los trenes de Bangladés son de tracción diésel o diésel-electrico.

Notaréis, sobre todo en trenes de cercanías, que la gente se va al techo directamente. Ahí es gratis obviamente. ¿Incómodo? ¿Seguro? Yo no fui, y ahora me arrepiento de no haberlo hecho al menos una vez. Es un modo muy popular de viajar en tren en Bangladesh y seguro que va uno más ventilado allá arriba que en interior del tren donde no cabe una aguja y sin peligro de electrocución ya que no hay catenaria. Pero por favor ¡No me hagáis caso! Mejor viajar como Dios manda, aunque esté «petao».
Cómo comprar los billetes
Ya hace 7 años desde viajé en tren en Bangladesh. Imagino que el tema se habrá modernizado, y quizás, se pueda comprar por internet en esta página de los Ferrocarriles de Bangladés, para el caso de trenes de largo recorrido con reserva establecida.
De todos modos, en este tipo de países donde las imprevisiones están a la orden del día, no sé si sería más conveniente sacarlos allí in situ.

En este caso no me resultó fácil. Prepararse para afilarse los codos en la cola pues la gente impaciente por coger su tren con toda la habilidad del mundo, se os colará.
Los destinos estan marcados en unos carteles sobre las ventanillas y escritos en bengalí. Como os cuento, no es nada fácil descifrar el alfabeto. Mi consejo en estos casos es buscaros a algún estudiante o grupo de estudiantes que ande por el vestíbulo, que como en cualquier lado, son fáciles de identificar. Seguro que tienen conocimientos de inglés os echan un cable.

Solo la gente con cierta educación (formación) conoce el idioma colonial, y la aventura de sacar un billete donde se hace tan complicado por el idioma bengalí tanto de manera oral como en su alfabeto que no os vendrá mal la ayuda.
Lo que puede resultar chocante
Viajar en tren por Bangladesh conlleva a ver escenas un tanto desagradables. Me refiero a niños y niñas que, en vez de estar en la escuela, toman los trenes y las estacionar como su casa. Muchos expuestos a los peligros propios de ser arrollados por el tren o cualquier otro tipo de accidente.

Del mismo modo, la explotación laboral vendiendo comida o refrescos o incluso trabajando para el ferrocarril como cargando zapatas de ferodo para los frenos del tren. Del mismo modo son escenas similares a las que veréis en el resto del país en cualquier ámbito.
Para concluir…
Si decidís viajar en tren por Bangladesh, viajaréis por el ADN del país en todos los sentidos. Quizás sin la comodidad de hacerlo en un tren de Alta Velocidad, pero cómo os comento en muchos artículos similares, el medio se convierte en el fin en este tipo de destinos.

Puede que haya puntos de Bangladés de cierto interés turístico como Cox Bazar, los manglares del Sundarbans o los pueblos étnicos de Bandarban donde el tren no llegue, pero seguro que hay un bus cerca para completar la ruta deseada.
Si os gustó este post, quizás os guste este otro de viajar en tren por Irán
By Carlos Martinez. Esta web no tiene publicidad y la información se comparte de manera altruista y así quiere continuar. La reproducción parcial o total de textos y/o fotos sin ánimo de lucro se podrá con autorización del autor, en cuyo caso vendrá citada la fuente. En cualquier otro caso queda terminantemente prohibida.
Un ‘post’ muy ilustrativo y educativo. El tren, sin duda, es una buena y bonita manera de viajar, un viaje sin prisas. Para tí, como apasionado de este transporte, una necesidad.
Buena sugerencia esa de encontrarte algún estudiante que te ayude a la hora de ponerte, por ejemplo, en la cola apropiada para comprar el billete. A mi me ocurrió en Birmania. Quería tomar el tren desde Myitkyina a Khata, y me tuvo que ayudar un estudiante birmano. Imposible aclararse.
Me gusta ‘el tío de la vara’!.
Un abrazo, Carlos.
Sí, a ver si poco a poco voy completando esos paises pa viajarlos en tren, Gracias por tu comentario