El Puffing Billy. Un viaje en el tren de vapor de Australia

Un viaje en el legendario tren de vapor Puffing Billy te transportará a la época victoriana. Un corto recorrido atravesando uno de los mas bellos y frondosos bosques de australia

Melbourne. Septiembre 2003

Ya van cerca de dos décadas de mi último y único viaje por Australia. Un país que en lo personal no me dejó una excesiva huella si exceptuamos su particular fauna y el rojizo e interminable outback que todavía permanece en mi recuerdo. 

En términos ferroviarios, había escuchado hablar del tren Indian Pacific que recorre la línea ferroviaria de Sidney a Perth, o si hablamos de océanos, desde el Pacífico al Índico. También del Ghan que lo atraviesa de norte a sur. Desde Adelaida a Darwin cruzando por Alice Springs el corazón de esta enorme isla continente.

Ambos trayectos requerían mucho más tiempo del que disponía, y la suntuosidad en la que se habían convertido, lo hacía complicado para mi bolsillo mochilero. Añado que, siendo muy aficionado de trenes,  no lo soy mucho ni de trenes lujosos, ni de alta velocidad, ni turísticos.

En el tren de vapor Puffing Billy puedes disfrutar del viaje sentado sobre la ventanilla

Y precisamente había un tren turístico que desconocía de este país: El tren de vapor Puffing Billy. Y lo descubrí una vez allí cuando andaba por el estado Victoria, y en especial, por la cadena montañosa Dandenong Ranges.

Esta línea ferroviaria con una antigüedad de unos 120 años y concebida durante la etapa colonial inglesa cubre apenas 25 km desde Belgrave a Gembrook.

Reitero que no me van mucho los trenes turísticos porque los veo artificiales donde el propósito de su existencia no es trasladar a gente ni al trabajo, ni a la escuela,  sino pasear a los turistas. No sientes la realidad natural del país.

En este caso, ya estando una vez allí y tratándose de un tren traccionado por una locomotora de vapor, que siempre tienen un toque evocativo para los entusiastas ferroviarios, me animé a darme un paseo con él.

Turistas abordando el tren de vapor Puffing Billy en la estación de Belgrave

A primera vista para el viajero, le parecerá como un tren de juguete debido a la estrechez de vía de apenas 762 mm. Un ancho muy recurrido y normalizado en diversas líneas ferroviarias con pasado británico. No en vano este ancho recibe el nombre en el argot ferroviario como «ancho imperial» y puede verse en muchas latitudes del planeta donde el estilete del imperio británico hincó su dominio.

En sintonía con el tamaño del tren, os comentaré sobre el billetito que compré en la taquilla de Belgrave. Digo billetito porque era de pequeñas dimensiones, de cartón grueso y duro.

Me recordaba a muchos billetes de trenes regionales y cercanías que por muchos años se usaban en España y donde se marcaba la fecha con una máquina expendedora. En mi época de interventor, esta máquina la conocíamos como «de compostor» que introduciéndo el billete de cartón en una ranura y tras empujarlo con un golpe seco se quedaba grabado en bajo-relieve la fecha. Y en el tren, el interventor advertía de su presencia entre los pasajeros por el sonido característico ¡tick! que emitía el taladro al perforarlo.

Espero que no os importe estos comentarios de abuelo cebolleta ferroviario, pero creo que os sitúa también en el ambiente y toque histórico de estos ferrocarriles turísticos que desean darle ese aire legendario y tradicional.

El tren de vapor Puffing Billy antes de llegar a Menzies Creek

Lo que os cuento del billete solo es una muestra en consonancia del resto del trayecto: una locomotora de tracción por vapor manejado por su maquinista y fogonero con carbón en punta de pala como mandan los cánones. y el personal de servicio en el tren y en las estaciones con su clásico atuendo y gorra ferroviaria.

Las estaciones de arquitectura victoriana como no podía se de otra manera y un puente de madera icónico como el que podéis ver en la portada conocido como Trestle Bridge (puente caballete) que le da ese toque más legendario.

Locomotora VR 6A utilizada para traccionar el tren de vapor Puffing Billy de Australia

Los coches en su interior disponen de asientos de madera encarados hacia las ventanillas, que quedan descubiertas para respirar y escuchar la naturaleza del bosque. En realidad, solo que os alejéis un poco del griterío de los turistas y elijáis un coche alejado de la humeante locomotora. 

Haciendo el postureo como si fuera el fogonero

Para los que les gusta más los detalles más ferroviarios observarán la señalización totalmente con semáforos mecánicos de brazo usados como en antaño.

Otro aspecto para destacar del trayecto es ver de cerca los paisajes que ofrece los montes Dandenong conocidos por sus altos árboles y enormes helechos. Cuando yo viajé se podía ir sentado sobre el borde las ventanillas del tren. De lo que he leído hace poco, ya no se puede a raíz de algún desafortunado accidente acaecido con algún turista.

Podéis llegar por vuestra cuenta en tren desde la estación central de Flinder St. de Melbourne. Con la Belgrave Line, en 70 minutos de viaje os dejará cerca de la estación del Puffing Billy. Ya os conté en mi artículo de Melbourne algo sobre la curiosidad de esta coqueta estación.
El precio billete depende del trayecto y hay varias modalidades incluso con paquetes de catering que se puede también reservar en la web del tren de vapor Puffing Billy. También hay agencias turísticas que te lo organizan todo, incluso con una ampliación al santuario de animales autóctonos Healesville para ver canguros, agapornis y demás fauna de la zona. En otros tours,
cerca de la parada intermedia de Menzies Creek, te llevan al lago Emeral Lake Park.

Estación Belgrave poco antes de salir el tren de vapor Puffing Billy

En definitiva, un viaje con el tren de vapor Puffing Billy es un viaje turístico que os retraerá al pasado más victoriano de Australia en un medio de locomoción que siempre resulta evocativo para viajar.

By Carlos Martinez Ortola

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2 Comments

  1. A mí no me importan «estos comentarios de abuelo cebolleta ferroviario», porque también creo que «sitúan [al lector] en el ambiente y (dan un) toque histórico de estos ferrocarriles turísticos». Después de ese descanso que te has tomado, no es para menos que comiences con un relato de tren (lo tuyo, ¡vamos!).
    Un abrazo joven.

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