
Australia, Octubre 2003
Esto sólo es un ejemplo para darse cuenta del grado de variedad étnica que nos podemos encontrar en esta lejana ciudad. Como consecuencia, el viajero que se encuentre en Melbourne observará edificios al estilo victoriano, otros de estilo centroeuropeo, barrios orientales, restaurantes de lo más variopinto, y sobretodo un enjambre de líneas tranviarias que nos recordará mucho a ciudades tan europeas como Berna o Viena por ejemplo.


No tenía alojamiento reservado, pero ya le había echado el ojo a un hostal de mochileros que había visto en una guía y estaba relativamente cerca de la estación. Era el Queensberry Hill YHA perteneciente a la cadena “Youth Hostel Association” en la que te puedes ahorrar algo si te sacas el carnet de dicha cadena de albergues que está en todo el mundo. Había que compartir baño pero me pareció muy limpio, buen ambiente y a dos manzanas de una parada del tranvía de Victoria St.
Para los que les gusta lo bohemio e ir de restaurantes nos dejéis de visitar Fitzroy . Aquí además en una esquina de la Johnston St. veréis hasta restaurantes españoles de tapas muy ambientados.
No puede faltar el Chinatown gracias a la numerosa colonia china que se estableció hace más de siglo y medio, y que como buenos chinos conservan sus tradiciones muy firmemente.

Sinceramente este tipo de actuación puede suponer una mejora indudable en seguridad y comodidad pero también se pierde el aspecto romántico que le daba a la ciudad.
Es como si los tranvías de San Francisco los sustituyeran por unos más modernos, la ciudad obviamente no sería la misma. En el caso de Melbourne no sé cómo se pueden combinar los aspectos de confortabilidad y seguridad con lo romántico y pintoresco. Pero creo que la ciudad no será lo mismo sin los legendarios tranvías verdes.
Mis recomendaciones de lugares para visitar:
Yarra Promenade: Es un paseo a lo largo de río Yarra muy agradable y ambientado. Desde el lujoso hotel Casino Crown hasta el South Gate Mall no faltan artistas independientes que ofrecen su talento a través de actuaciones, especialmente los fines de semana. Lo cierto es que logran reunir un buen corro de gente en poco tiempo. En los lados de este largo paseo también hay numerosos restaurantes y cafeterías ideales para echarse un café o una fresca cerveza. A medida que avanza el paseo se divisa una fantástica panorámica de la ciudad a lo largo del rio Yarra con importantes iconos de la ciudad como los puentes, la Flinder St. Station, la catedral de San Paul o el Federation Square.
Flinders Street Station: Esta estación ferroviaria no pasó desapercibida para mí. Hay rumores que dicen que fue diseñada para ser construida en Bombay pero acabó aquí. Si la estación Victoria de Bombay y esta se hubieran intercambiado, no hubieran perdido nada ninguna de las dos ciudades pues son dos construcciones que están dotadas de tal singular excelencia que hubieran quedado igual de bien.
De la Flinders me gustaron las cúpulas y por la ornamentada fachada mostaza que la hace romper con el resto de edificios más modernistas cercanos. Y lo que le hace muy singular es la cantidad de relojes que hay en la entrada principal que anuncia la salida de cada tren, lugar muy utilizado como punto de quedada. Para mí este tipo de edificios le dan una solera y distintivo especial para cualquier ciudad.
Federation Square: Este centro cívico lo vi al año de haberse inaugurado y la verdad es que no deja indiferente a nadie. Once años después de su inauguración tiene a Melbourne dividido entre los que lo aman y lo odian. De hecho en una reciente encuesta de la famosa web de viajes virtualtourist.com fue elegido como el quinto edificio más feo del mundo. Pero algo tiene que tener cuando es la segunda atracción turística del estado de Victoria. Particularmente ya no sé qué pensar, no nombraré otros que tengo en mente para no herir sensibilidades, pero cada vez más se ven este tipo de edificios por el mundo, y sinceramente no creo que la línea que separe la belleza a la fealdad sea tan fina.
Sea como fuere Federation Square merece una visita por la muy completa exposición que ahí se exhibe de arte australiano tanto aborigen como colonial. También hay un gran auditorio y salas cinematográficas. Está ubicado al lado del río Yarra junto a la estación Flinders.
Queen Victoria Market: Muy cerca de la estación del bus de Franklin St. Ocupa varios bloques y se puede encontrar de todo. Hay muchos puestos de ropa, artículos de piel de canguro, como sombreros, bolsos etc. y para ser un mercado hay bastante calidad. En Australia cuando te venden algo te recalcan “no está hecho en China, eh!!”. Tienen bastante repulsión a los productos que viene de China. Para eso son muy de defender el producto nacional.
Vi algunos puestos de chilenos para los que echéis de menos alguna conversación en español en este país con tan inexistentes orígenes hispánicos e incluso vi hasta un puesto de porras y churros madrileños.
Es un buen lugar para comprar para los que les guste souvenirs típicos como boomerangs, digeridos y demás artilugios de los aborígenes australianos.
Tampoco faltan los puestos de frutas y verduras en un lado del mercado. En resumen un buen mercado para los que les guste este tipo de ambientes.
Chinatown: En esta ciudad tan cosmopolita no podía faltar un Chinatown. Tiene su epicentro en la Little Bourke St. y se ve muy claramente por la típica puerta china que tienen estos barrios en muchas ciudades del mundo. Se fundó gracias a los chinos que sobre el año 1850 se establecieron en Melbourne a raíz de la fiebre del oro del estado Victoria, y son hoy en día una comunidad muy influyente en la ciudad.
Lo que podemos encontrar es muy parecido a lo de cualquier Chinatown en cuanto a tiendas y restaurantes en sus muy animadas calles. Aunque no sean chinos también se puede encontrar algunos de cocina tailandesa, japonesa y coreana.
St Patrick’s Catedral: Decir San Patricio es decir Irlanda y con esta catedral neogótica en honor a este Santo es donde los numerosos irlandeses venidos a estas tierras ven en ella su lugar de culto. Se puede ver hasta una estatua del héroe irlandés Daniel O’Connell.
Aparte del estilo me gustó mucho las coloridas vidrieras que hay en su interior.
La verdad es que está algo eclipsada por la otra Catedral de San Paul mejor situada y más representativa de la ciudad. La catedral queda detrás del Parliament House Victoria , un edificio civil típico con sus imponentes columnas utilizado para las sesiones parlamentarias del estado de Victoria y delante del Fitzeroy Gardens. Estos jardines son interesantes por un Cottage que hay que fue traido por piezas desde Inglaterra y fue construido por los padres del capitan Cook. Para cualquier viajero ,un buen lugar par aprender de este mítico explorador inglés y de sus viajes.
Para terminar, si me preguntaran qué diez ciudades en el mundo elegirías para vivir, Melbourne seguro que estaría entre ellas. No sé si para vivir, que desde luego no me importaría, pero no sobran motivos para regresar algún día y completar mí visita a esta cosmopolita ciudad para seguir disfrutándola.
Se me quedaron pendientes museos importantes como el National Gallery of Victoria International o el museo Melbourne .También el Old Melbourne Gaol para sentirse como un antiguo convicto y un paseo por Santa Kilda para disfrutar del Luna Park. Dejarse algo por ver, es siempre una buena excusa para volver, a ver si nos encontramos allí…
By Carlos Martinez
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