
¿Te imaginas hospedarte en un templo budista? En Corea del Sur es un modo de hospedaje en auge y muy enriquecedor
Corea del Sur, Gongju-si. Agosto 2015
No son fáciles de acceder en transporte público. Esto vaya por delante. Gracias a mi amiga Youngbin que conocí en mi primer viaje de los tres que he hecho a este país, y su cómodo coche, todo fue más fácil.
Cuando llegué me recordó al primer día que hice el servicio militar en el Regimiento de Ferrocarriles.
Te dan un traje azul «a medida». Como digo yo, a medida que uno llega allí, y el primer uniforme que pillan. Da igual si eres alto, gordo o bajito. En mi caso me sobraba uniforme por todos lados. A las chicas se lo dan de color verde limón.
También te piden tus datos personales. Muchos más de los que te piden en un hotel, te dan un juego de toallas y te muestran la habitación del estilo hanok donde vas a dormir. Las típicas casas de madera tradicionales de Corea. Si nos os habéis hospedado nunca, matáis dos pájaros de un tiro
La habitación es muy basica, con una colchoneta espesor papel de fumar y un pequeño cojín relleno de arena. En teoría no pueden dormir parejas, pero no os preocupéis si es el caso, pues hacen la vista gorda.
Pues paso a contar algunos aspectos fundamentales de la estancia en este templo budista. Las normas de etiqueta, la manera de actuar y comportarse, además de un horario estricto, resumen un poco la estadía. Perfectamente por lo que me han contado, es extrapolable a cualquier otro templo del país.
El hap jang: Es como llaman ellos al saludo que hacen posando con las palmas de las manos en el pecho y haciendo una reverencia moviendo la cabeza hacia abajo. Es el gesto habitual cada vez que cruces con alguien, sea monje o no y al pasar frente alguna estatua de Buda.
El silencio y el seon: Obviamente no deja de ser un lugar religioso y requiere silencio como de cualquier lugar de culto otra religión. No se trata de estar callados pero si ser comedido en el volumen y conversaciones exaltadas. El seon o la meditación también forma parte de modo de vida en un templo según ellos para alcanzar la «iluminación».

La comida monástica o el Barugongyang: Coges tu plato y una mujer te va suministrando de lo que le digas y veas expuesto. No hay mucho donde elegir. Por supuesto nada de origen animal. Una sopa muy ligera y arroz blanco no falta nunca entre otras verduras locales. Comida más bien austera. Nada de cervezas, vino ni refrescos.
Se conoce también a este tipo de comida de cuatro cuencos, pero de lo que se trata básicamente, es ser agradecido con las personas que con su trabajo han hecho posible desde la producción de alimento hasta el mismo momento que lo tenemos en la mesa. Comed despacio, con respeto, sin ruidos y saboreando. Al terminar, tú mismo has de lavar en un lavadero, los palillos metálicos, vaso y platos.
El chasu : Es como llaman a la postura de ir caminando con las manos cruzadas. Sobre todo al seguir a un monje con lo que damos sensación de contemplación interior y respeto hacia los demás.
La ceremonia del té o el dado: Un monje os servirá por la tarde el té en un cuarto y tendrás la ocasión de convivir con otros huéspedes locales y viajeros como vosotros. Si teneis suerte, acompañado de unos dulces hechos de arroz (yugwa). Aprovechamos para jugar después al yut. Un juego de mesa muy popular en Corea
Ullyeok: Son trabajos comunitarios que hace el huésped de manera altruista. Entre esas labores puede ser barrer, ayudar en la cocina o en la jardinería. A mí no me tocó, pero son muy comunes en estas estadías.
Ceremonias propias del Budismo y Dharma: Se insta a asistir al templo aunque no sea obligado. Fui por la tarde antes de la ceremonia de té y a las 3:30 de la madrugada. Sí, has leido bien a esa hora tan temprana. La de antes de amancer se llama Dharma en la sala principal de Buda según ellos para dar limpieza a esos pensamienos inconexos que todos tenemos. Y tendrás que afinar la garganta para los cantos que dirigirá el monge en el altar. La mayoria muy monocordes. Hay una un folio plastificado con los cantos a tu disposición para que no te pierdas. Hay que seguir los pasos del monje que celebra la ceremonia. Lo mejor es ponerse atrás del todo para ver lo que hacen los demás. No hagáis fotos. Yo incumplí la regla como podeís ver en la foto del encabezamiento.
Hay ratos muertos que son aprovechables para visitar por tu cuenta en templo. También te enseñan cómo tocar la gigante campana con el tronco que cuelga no menos grande. Normalmente estos templos están en plena naturaleza y es una pena no aprovechar para hacer alguna caminata. En el Templo Magoksa tiene incluso las sendas marcadas para dar un bonito paseo por ellas.
Lo mejor es hacerlo en el amanecer pero os hablo del verano. Con las gélidas temperaturas del invierno será otra cosa. En Corea los inviernos son de los duros. Os lo puedo asegurar de un enero que fui.
Es una buena ocasión para que apaguéis el teléfono móvil y os aisléis aunque sea por dos días del mundo exterior. Sí sé que es difícil hoy en día. Pero también se trata de eso ¿no?

En resumen, si vais a Corea del Sur, es una experiencia que no olvidaréis. Una original manera de hospedarse, y no encontraréis mejor lugar para desconectar de todo y vivir de cerca la vida monástica de los monjes budista de Corea del Sur. ¿Os hace?…
By Carlos Martinez
– ¿Os hace..?, preguntas al final.
– ¿No hay cervezas?, y creo que dices que NO.
– ¡Qué escándalo!. Pues no me hace.
Un abrazo, compañero.
(Es broma).
Una buena experiencia, eso sí. con una noche iría bien servida, jaja, tanta tranquilidad me pone nerviosa. Muy chulo el monasterio. Un saludito 🙂
Yo ya no estoy para dormir en el suelo y tanta tranquilidad me mata. Así que creo que no es lo mio ��
Asistí en Makassar a una celebración budista multitudinaria en un parking al aire libre. Si allí pude relajarme, imagino cómo no será en un templo. Eso sí, los cánticos de las tres de la mañana creo que me los saltaría.
Si, resulta curioso hospedarse en un tempo budista. La falta de comodidad es compensado ampliamente por el aprendizaje y conocimiento de la vida monacal de los monjes budistas. Muchas gracias por tu comentario Magda. Te he añadido en mi blog en la lista de los blogs favoritos. Un lugar imprescindible para adentrarse en Indonesia. Un saludo y encantado de conocerte. Carlos
Muchas gracias Carlos. También un placer para mí conocerte. Creo que tenemos mucho en común, al menos en cuanto a saborear los viajes se refiere, jaja. Tienes que contar a fondo esa experiencia budista. Desde que viajé a Laos quedé impresionada por su filosofía aunque la dureza de algunas disciplinas creo que no las llevaría bien.