
Te cuento todo lo que puedes ver en Gurué. Tierra de montañas, pasado cultural y mucho té.
Mozambique, Agosto 2011
Una breve introducción de Gurué
Esta localidad de la Zambezia mozambiqueña, nos ofrece uno de los parajes más agraciados del país. El soberbio Monte Namuli, el segundo más alto del país con 2419m, testigo de los aterciopelados valles de plantaciones de té, y una bella naturaleza de cascadas y singulares aves, provoca en el viajero un irrenunciable paseo entre sus rojizos caminos, y de paso conectar directamente con el recibimiento de risueños niños y con el día a día de sus lugareños.

Gurué, con más de 100 mil habitantes, localizada en el centro-norte de Mozambique, es sin duda un punto obligado para cualquier viajero que se halle rondando esta zona del país. Ciertamente hay que llegar hasta aquí. Hay cosas interesantes que hay que ver en Gurué.
Entrando a Mozambique desde Malawi, subiendo camino del Lago Niassa o para aquellos viajeros que anden buscando la costa y en especial los puntos interesantes como La Ilha do Moçambique, Zacala o Pemba, es una buen punto para desde ahí dirigirse a Nampula, y si se tiene algo más de tiempo poder hacerlo en tren desde Cuamba, una experiencia que el viajero no olvidará jamás.
Cómo llegar hasta Gurué
En esta ocasión viajé con mi esposa y llegamos en chapa desde la población de Mocuba, a unos 200km al sur.
Como es la primera vez que hablo de Mozambique contaré que las chapas son como microbuses que son muy habituales para transportar a la gente entre las ciudades, y en los que la capacidad del mismo no va en función de los asientos que tienen. Literalmente hablando, su capacidad está basada en el volumen de carne humana, paquetes, cajas, bultos y algunos animales de corral, todo transportable arriba, dentro, abajo donde sea de la chapa. Cualquier hueco es muy aprovechado.

Mejor no se puede expresar, y hasta que no están llenas, apretadas del todo, la chapa no sale. Normalmente en ellas, uno es el que conduce y otro es el que se encarga de cobrar y acomodar tanto a la gente como a la mercancía.
En Mozambique estas chapas suelen salir a horas tempranísimas que pueden variar desde las 3:30 a las 8:00 de la mañana sin exagerar. La verdad es que siempre hay que supermadrugar para tomar estas chapas para ir de un punto a otro para recorrer el país cuando la distancia es considerable.
En nuestro caso salimos a las 5:30 de la mañana desde Mocuba, pero a las 4:15 ya estábamos en la chapa para ocupar lugar, por lo que estuvimos sentados más de una hora esperando dentro de la misma hasta que se llenara. La tomamos en una explanada antes del puente del Río Licungo.
El viaje costó 200Mtn (5.5€) y duró unas 3 horas y media. El paisaje va variando a medida que vas llegando, desde paisajes más secos a más verdes, gracias a los hermosos valles con campos de té que se van divisando antes de llegar.
La chapa nos dejó en la Plaza de la Independencia, y lo que más recuerdo de mi primera impresión del pueblo, era ver el sofocante calor y las polvorientas calles de tierra rojiza de Gurué.
Menos mal que las frecuentes lluvias torrenciales de media tarde y en vez en cuando algún camión cisterna que riega la calzada, evita que se levante más el polvo.
Donde hospedarse en Gurué
El primero que vimos fue el Motel Monte Verde, era barato pero las habitaciones olían bastante mal. De ahí fuimos a la Pensao Gurué con un aspecto más decente, con habitaciones con y sin baño, y lo que más me gustó fue la terraza bar de abajo para echarse un buen café tranquilo.
En total eran 700 Mtn (20€) con baño compartido.
Disponía de Wi-Fi aunque pagando un extra de 100 Mtn por día, el único lugar del pueblo con acceso a internet pero no nos gustó el trato de la propietaria de origen europeo que nos atendió.

Antes de decidir quedarnos, seguimos buscando y dimos con La Casa de Huespedes Licungo en la Av. 25 de Setembro, cerca también de la Plaza de la Independencia. Sin duda un acierto, 600Mtn (16€) con baño compartido y nos sentimos muy a gusto. Creo que éramos los únicos huéspedes. La habitación era muy sencilla pero muy limpia y los chicos del mismo nos trataron muy bien.
También podías hacer uso de la cocina, lavar y tender ropa. Para cocinar había que usar el carbón vegetal. Aparte de eso te informan muy bien para hacer las caminatas por los campos de té y para los menos atrevidos te pueden acompañar por 300Mtn (8€).
Qué hacer y ver del pueblo de Gurué
En lo que respecta al pueblo en sí, no hay mucho que ver en Gurué. Se resume en un relajado paseo por las calles que van a dar a la plaza principal y que te lleva a un cubierto Mercado Municipal.

Además como cualquier mercado también se puede comprar fruta, verdura ,y recomiendo comprar unos panes redondos en la entrada muy baratos.
Alrededor de este pequeño mercado también hay comercios de alimentación y de artículos de ferretería y electricidad, y que en casi todos los casos están regentados por indios, o como les llaman en Mozambique “indianos”. Esta colonia asiática está muy presente a lo largo país y en Gurué no es una excepción dominando gran parte del espectro comercial de Mozambique.

A las afueras del mercado también había muchos puestos de venta de ropa y de zapatillas deportivas usadas.
Este es un tema a considerar y que dejo caer porque creo que es bueno que se conozca. Mucha de la ropa y calzado que entregamos en los contenedores en Europa seguramente vayan a parar a estos mercados para ser revendida y no ofrecida gratuitamente como se cree.

Por la zona de la Plaza de la Independencia no hay mucho que ver de Gurué. Para los curiosos podéis meteros al cine Gurué y ver la cartelera de películas que proyectan, muchas ya pasadas, de acción y otras del Bollywood hindú.
Arriba está como una decadente discoteca al estilo de los 70s donde no falta la esfera de espejos, un poco cutre pero al menos hay donde divertirse.

Caminando hacia el ayuntamiento hay una pequeña linda iglesia y quitando algún edificio donde deja entrever el pasado colonial portugués de la ciudad, poco más hay que ver del núcleo urbano de Gurué.
Dónde y qué comer en Gurué
La oferta culinaria del pueblo está muy limitada.
En el restaurante del Hotel Gurué se puede comer algo más selecto pero caro. Y en otros restaurantes como el Restaurante Namuli y el Restaurante Monte Verde el menú está muy limitado al frango (pollo), o al bife el cual has de esperar que lo descongelen primero, acompañados como muy habitualmente se hace en Mozambique con patatas fritas, arroz con frijoles y ensalada de repollo.

En Gurué es mejor comprar pan del mercado y comida de los indianos para cocinártela en la Casa de Huéspedes o bien en plan pic-nic en las caminatas por los campos de té.
Quien quiera llenarse un poco el estómago mientras pasea, puede probar de los puestos callejeros como una especie de buñuelos colombianos, pero más pequeños. Las mujeres que los venden, te pinchan el que hayas elegido con un palito de madera. Aunque en mi opinión un poco con sabor a refrito.
Los trekkings por los campos de té
El viajero que viene hasta aquí, no lo ha de hacer para degustar delicias gastronómicas o para ver la arquitectura precisamente de Gurué. El viajero que se acerque por aquí, lo que realmente le debe interesar son los paseos por los extensos campos de té que rodean el pueblo, para hacer buenos trekkings, y para los aventureros más intrépidos, subir hasta la cima del Monte Namuli.
Aunque no hay que ser un especialista en montañismo, dicen que es una dura ascensión, pero irrenunciable para los aficionados a la ornitología por la gran variedad de aves que se avistan.

Hay varias caminatas interesantes, y aunque se puede ir con un guía que te proporcionan en los hostales, se pueden hacer si ellos ya que aunque la señalización es deficiente, la anchura del camino y la propia gente local o los propios recolectores de té, te indican los caminos.
Se dice que esta zona fue una de las más castigadas por la colocación de las minas antipersona que asoló la guerra civil, pero parece que ya han sido desactivadas, y hace ya mucho tiempo desde la última que explosionó. O sea que la tranquilidad en este tema debe ser total, y más caminado por el sendero normal.
Aunque hay una ruta que recomiendan que es hasta La Casa dos Noivos una antigua casa colonial donde hay unas hermosas vistas del valle con la ciudad al fondo, nosotros fuimos sin guía hasta unas bonitas cascadas a unos 9 km del pueblo.
Al empezar el recorrido saliendo del pueblo por la escuela primaria que hay al lado de la Casa de Huéspedes Licungu, en vez de seguir el camino directamente, una alternativa es atravesar un pequeño valle que te devuelve de nuevo al camino que lo rodea. En este valle a la salida de pueblo es un inmejorable lugar para convivir por un rato con los lugareños y los niños que se te acercan.

Este barrio está formado por palhotas (pallotas) que son chozas hechas con baldosas de barro que allí mismo las fabrican cavando en la tierra, y en un molde le dan forma de baldosa para que se sequen después al sol. Nuestro paso por allí no paso desapercibida para la gente y en especial por los niños.
No es mala idea llevar caramelos, útiles escolares y canetas, que es como ellos llaman a los bolígrafos. Los adultos también te reciben calurosamente y te puedes parar con ellos para hablar de cualquier cosa.

Mujeres lavando ropa en los pequeños saltos de agua de los riachuelos, las gallinas rondando las palhotas y los papayos, y el olor de la comida que sale de los calderos sobre el carbón es la escena más repetida de este lugar.

Ya retomando el camino hay que ir caminando unas dos horas más caminado hacia arriba. En el camino se atraviesa el puente del Rio Licungo, un punto para descansar contemplando cómo la gente se baña, lava su ropa o muele el maíz.
Después se llega a una vieja factoría de té, y desde ahí atravesando los aterciopelados e innumerables campos de té se alcanza la cascada. Todo ello viendo cada vez más cerca la pared del Monte Namuli.

Durante por el paseo por el camino es usual cruzarse con gente, generalmente niños y recolectores de té, y sólo hay dos cosas que te piden: Garrafas que es como les llaman ellos a las botellas de plástico de agua. Los recolectores por su parte lo que piden es tabaco.
Creo que si hubiera llevado un cartón con 20 cajetillas de tabaco no hubiera sido suficiente para regalar a cada uno que te pide, y casi igual para las botellas vacías de agua. Las botellas de agua de plástico es un bien muy codiciado en esta área que son reutilizadas para muchos usos.

Las cascadas no es que sean más espectaculares que las que se puede uno encontrar en Los Pirineos por ejemplo, pero es una buena referencia para terminar el trekking , sacarse los bocadillos y disfrutar de picnic en plena naturaleza disfrutando de la vista y de aire puro de la zona.
El regreso a Gurué es más llevadero porque se va descendiendo y de nuevo se encuentra de nuevo a la misma gente que se encontró en el ascenso.
Otras consideraciones y algún mal trago en Gurúe
Desde Gurué es una escala ideal para continuar hacia el norte buscando Cuamba y poder tomar el tren hacia la costa.
En Mozambique, es muy habitual que las chapas parten desde muy temprano a cualquier otro lugar. Como comento en un apartado anterior, hablo de las 4 de la mañana por ejemplo.
En nuestro caso, el salir de noche caminando hacia donde salen estas chapas, acabó en una caprichosa persecución por parte de unos militares que había junto a un bar hacia nosotros, y que culminó en una mordida con alevosia y nocturnidad, como se suele decir.
En nuestro caso, el salir de noche caminando hacia donde salen estas chapas, acabó en una caprichosa persecución por parte de unos militares que había junto a un bar hacia nosotros, y que culminó en una mordida con alevosia y nocturnidad, como se suele decir.
Un blancos perfectos para obtener dinero rápico y seguir emborrachándose en el bar. Cosas de África que a veces pasan y que hay que saber convivir con ello. Es así, y hay que asumirlo…

By Carlos Martinez.
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