
Cahuita, un ejemplo más de este bello y singular país centroamericano con un marcada influencia jamaicana…
Quizás porque me llama la atención este tipo de lugares que rompen un poco con la armonía del resto del país. Cahuita sería un buen ejemplo de ello.
La influencia afro-caribeña está muy presente a raíz de la mano de obra que atrajo a miles de jamaicanos, o «jamaiquinos» como les gusta llamar por aquí a los habitantes de esta isla caribeña. La construcción del ferrocarril atlántico y potenciar la industria cafetalera y bananera del país para su exportación, fue el destino para ellos.
Es cierto que «el turismo que gran invento» también funciona aquí, pero es un turismo nada masivo quizás por su acceso, algo remoto con respecto del resto del país y alejado de los focos turísticos más habituales.
Pero no sólo de su cultura afro-caribeña es lo que hay que disfrutar en Cauhita , imprescindible es una visita al Parque Nacional que da nombre a la población y que ronda longitudinalmente la costa de la playa.
Se paga una cantidad simbólica por entrar. Los gruñidos que surgen de las copas de los cocoteros, es la tarjeta de bienvenida. Los mismos que despiertan al viajero que se hospede en cualquier hotel de la localidad gracias a los traviesos monos carablanca que se pelean entre ellos de buena mañana.
Es un paseo muy agradable para solazarse entre la naturaleza. Hay mucha presencia de palmeras de yolillo y árboles de sangrillo, que son una especie autóctona y protegida de Costa Rica, y vistosas flores e insectos de lo más variopintos entre las enrevesadas ramas de los manglares.
La playa no se queda atrás, bastante virgen, difícil de resistirse a un baño.
Hay muchos restaurantes económicos basado en este tipo de gastronomía, pero también la perenne gastronomía del país como los típicos casados.
Recomiendo probar el Rondón que es sopa basada en pescado, plátano macho, leche de coco y chiles con diversas especias y el Pan Bon, un pan negro con frutos secos muy dulce.
Muchos de ellos terminan en su particular peregrinación del esnókel en la panameña Bocas del Toro, muy cerca de la frontera costarricense.
Para tu visita al pais de la «Pura Vida» no olvides poner este rincón caribeño en tu itinerario. Su crisol cultural, el Parque Nacional de Cahuita y sus playas no decepcionará a ningún viajero exigente.
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Aun no he ido por Costa Rica y Cahuita tiene muy buena pinta, me lo apunto para cuando me toque ir por allí. Leyéndote me han dado ganas de teletransportarme allí en este momento. Un saludo.
Vaya. Hoy, Carlos, me traes muy buenos recuerdos. Este Parque, junto con Huanchaco, son para mí lugares conocidos. ¡Y qué interesantes!, ¿verdad?.
La has dado un aire, una interpretación al lugar que yo no había dado. Interesante. Estuve hospedado, allí al lado, en PuertoViejo, y me recorrí todo Cahuita por ese "paseo muy agradable para solazarse entre la naturaleza", que tu dices.
Un abrazo.