
Cacheu, todo lo que hay que ver y conocer de este tranquilo rincón de Guinea Bissau. Un enclave con un marcado pasado colonial portugués, origen de importantes rutas de la esclavitud y epicentro del Parque Natural de Manglares del Río Cacheu
Cacheu. Guinea Bissau. Junio 2019
Mi primer post de Guinea Bissau va para Cacheu y mi aporte de lo que podeís ver y visitar. Antes de adentrarme en qué ver en Cacheu, decir que puede no ser el primer lugar más representativo que pueda buscar el viajero nada más llegar a este país pero, sí te gusta la historia, deja tintes de reflexión y curiosidades relevantes para considerar.
Por ese motivo, a los «africohólicos», nos gusta tanto ese misterio que nos ofrece muchos lugares del África, y que terminan en una enorme satisfacción al descubrirlos. Bueno, no me enrollo más hablando de lo divino y de lo humano y vamos al relato…

Cómo llegar a Cacheu
Desde Canchungo, un pueblo que lo utilicé como base para explorar la zona, me fui al Paragem. Quedaos con esta palabra portuguesa si venís a Guinea Bissau cada vez que queráis ir a algún lugar en transporte público. Porque allí están todas las toca-tocas y candongas, que una vez se llenen y bien llenas, os transportarán a cualquier lugar del país.
Un café rápido de un vendedor ambulante y ya era momento de buscar la toca-toca que me llevara a Cacheu. El boletito lo vendía un señor en un pequeño escritorio y me subí. En cuanto se llenó y tras casi una hora de trayecto en una decente carretera asfaltada, algo muy excepcional en Guinea Bissau, llegué a Cacheu.

Qué ver en Cacheu
Anteriormente de Cacheu, había leído en esta Guía de Turismo de G. Bissau, que contaba escuetamente que fue un punto estratégico en la historia de la época colonial portuguesa. Llegando incluso a ser capital de Guinea Bissau. Cacheu encerraba para mí misterios que debía explorar y que apenas venían detallados: Esclavitud, fortalezas, factorías, comercio y santuarios de misioneros. Relevantes piezas que había que componer de este entramado. Y Wikipedia, con apenas 3 líneas de artículo sobre Cacheu, apenas saciaba mi curiosidad sobre lo que deseaba conocer del lugar.

Primer contacto con Cacheu
Nada más llegar a Cacheu y bajarme del toca-toca que tomé en Canchungo, parecía que había llegado a un pueblo fantasma. Ni coches, ni mercados ambulantes, ni ruido. Nada más que un sol de justicia. Algunas cabras que caminaban hacia a mí en una avenida, y algún paisano sentado a la fresca en el lado derecho que aprovechaba la poca sombra que proyectaba su portal de casa. El pueblo sinceramente transmitía sosiego, serenidad y mucha paz. El típico bullicio africano quedaba de manera residual únicamente en el punto donde se tomaban el único toca-toca que había para salir del pueblo. La avenida terminaba en una rotonda y en el embarcadero del río Cacheu. En ella, y flanqueado por unos banquitos, había un monolito o Padrao que recordaba a la llegada de los primeros misioneros portugueses a Cacheu.

Volteé a mi derecha, y junto a una fábrica de conservas de pescado, se veía una pequeña iglesia que resultó ser un santuario con mucha historia:
El Santuario de Nuestra Señora de Natividad

En portugués el Santuário de Nossa Senhora da Natividade no podía presumir ni por su arquitectura ni por su tamaño, pero por su antigüedad si lo incluyo en lo que hay que ver de Cacheu.
Databa de 1660 su construcción, siendo la primera edificada por los portugueses en África Occidental. Por lo tanto, historia la tiene, y a día de hoy, aún se celebran homilías dominicales. Además, cada año en diciembre, se hace una de las peregrinaciones más importantes de la población católica de Guinea Bissau.
Cuando me acerqué a ella, me topé con una puerta azul cerrada y mi gozo de poder verla en el interior se fue a un pozo. Al girar de nuevo el chaflán de la avenida había una pequeña tienda de ultramarinos donde aproveché para comprar agua y preguntar cómo podía acceder al interior de la pequeña iglesia.
«Quatro portais, quatro portais» me decía el tendero señalando hacia la izquierda. Efectivamente, en el cuarto portal a la izquierda había un señor sentado fuera y le pregunté si era quién me podía mostrar la iglesia. Se metió en su casa y salió nuevamente con una llave: «¡pegue a chave!» me dijo como si me estuviera ofreciendo un cigarrillo. Se las cogí tímidamente y en ese momento casi podría entender a San Pedro en el pasaje bíblico cuando Jesús le ofreció las llaves de los Reinos de los Cielos. Realmente me sorprendió que en vez de mostrarme personalmente la iglesia, me diera las llaves.
Me dirigí de nuevo a la puerta azul principal de la entrada y vi que no abría. Seguidamente me percaté de que había en un lateral otra portezuela y esta sí abrió.
Tras abrir, accedí a un cuartito que olía a humedad, me encontré con una sotana blanca colgada, una cesta llena de cirios blancos troceados, y un viejo aparador con dos velones. También dos candelabros, una biblia, y dos vírgenes: una grande y otra más pequeña descabezada.

Desde ahí ya se accedía a la sala eucarística sin mucho que destacar. Muy sencilla, sin ornamentos. Un altar con la Virgen de Cacheu, y en cada pared, un santo y una virgen que desconozco sus nombres. No había mucho más que ver allí. Cerré y le devolví al señor la llave con una pequeña propina.
Memorial de la Esclavitud

Además de la Avenida del IV Centenario hay otra calle perpendicular de tierra justo al otro lado del Monolito del Padrao. Se trata de la Rua Bacampolco: una calle donde se encuentra el moderno Memorial de la esclavitud (en portugués Memorial da escravatura e do trafico negreiro) junto a las ruinas del edificio donde se centraba la compañía de esclavos de Cacheu en la época de la esclavitud. Construido gracias a una ayuda de la Unión Europea, reúne con una exposición de archivos e imágenes y en general, información sobre la historia de la esclavitud de Cacheu.

Por comentar un poco, la esclavitud en Cacheu se inició en 1500. Desde aquí trasladaban los esclavos a las Islas de Cabo Verde, también de dominio portugués, y seguidamente desde allí se distribuía en diferentes rutas hacia el continente americano. Además de la historia de la esclavitud en un plano local, se exhiben cuadros y grabados de temas históricos relacionados como la instauración en Cacheu de la primera feitoria portuguesa en la costa atlántica llamada Companhia de Cacheu.

Estas feitorias o factorías fortificadas generalmente se instalaron en las zonas costeras desde donde los portugueses centralizaban el comercio local de productos para abastecer a la metrópoli. Después implementaron más feitorias a lo largo de la costa que dominaban en ambos lados del Atlántico incluyendo Brasil. También gestionaban el comercio de esclavos.

Del mismo modo, se exponen reproducciones de curiosos ver del pasado de Cacheu. Aparejos y artilugios utilizados para trasladar y controlar a los esclavos. Muchos los habréis visto en otros memoriales dedicados a la esclavitud que hay en muchos lugares de la costa africana. No hay gran diferencia. El piso de arriba es unas sala pictórica de temática diversa. La entrada a este memorial cuesta menos de una cerveza, 500 XOF (0.76€).
Y siguiendo por la Rua de Bacampolco, paralelo al mar, se llega al icono, o lo más representativo de Cacheu:
El Fuerte de Cacheu
Para defender la feitoria que os comentaba antes, se hacía necesario reforzar militarmente este punto estratégico de las amenazantes armadas inglesas y francesas que pusieron también su punto de mira en estos territorios del África Occidental. Para ello, se construyó una fortaleza casi cuadrangular de 24 x 20 metros y con 16 cañones que protegían este baluarte.
No se puede decir que destaque por su magnificencia. Seguramente hayáis visto muchas, incluso de portugueses y que os impresionen más.

Pero la peculiaridad no es otra cosa, que ver en lo que se ha convertido actualmente esta fortaleza de Cacheu. Al acercarme poco a poco se dejaban ver unos grandes brazos que sobresalían por una de las esquinas. Casi al llegar, ya descubrí que se trataba de una estatua.
En la entrada de la fortaleza me topé con una puerta desvencijada y descuadrada, pero tras forzarla me di cuenta que no se podía abrir al tener una cadena con candado. De nuevo, y como me pasó con la iglesia, tuve que preguntar a unos chicos que estaban sentados afuera de un local de venta zapatos usados. Uno de ellos, se fue con su moto a buscar al chico que poseía la llave y al cabo de un cuarto de hora apareció. Al abrirme, veía más estatuas en cada esquina de la fortaleza. El chico que me abrió la fortaleza, y que es el encargado del cuidado del recinto histórico, me contó de qué personajes se trataban.

Lo cierto es que no había visto nada igual antes. Tras la independencia de Guinea Bissau, en el año 1973, cualquier simbología que recordara o ensalzara la época colonial portuguesa fue eliminada. Sobre todo, estatuas de navegantes y gobernantes portugueses. Muchas fueron demolidas y otras que presidían grandes plazas públicas acabaron precisamente aquí. Un reducto colonial comprimido en este cuadrángulo de piedra de 480 m2. Un cementerio de estatuas, o un trastero colonial con mucha carga sentimental para los guineanos, y seguramente también para algún que otro portugués perdido que llegue hasta aquí y añore lo que fue el imperio luso.
Por curiosidad, y porque me apunté lo que me dijo el chico, os cuento de quién se tratan estas estatuas. Veréis en cierta guía de viajes alguna diferencia. Se trata de un error que constaté. Os cuento de quienes se tratan para los que os interese la historia o bien por simple curiosidad.
Diego Cão, navegante y explorador que bordeó toda la costa africana de la actual Angola hasta el Río Congo y fundó la compañía de esclavos de Cacheu. La estatua estuvo erigida por mucho años en la capital Bissau en una plaza junto al puerto.

Nuno Tristão, se le atribuye el descubrimiento de la Guinea portuguesa y territorios de la actual Gambia y Senegal. También estaba antes en una importante plaza de Bissau junto a la Catedral.

Serpa Pinto, otro héroe nacional para los portugueses. Más gobernador colonial y militar que navegante. Su estatua también estaba en un jardín de Bissau.

Honorio Barreto, fue el primer gobernador de Guinea Bissau. Su estatua estaba antiguamente en la actual Plaza del Che Guevara de Bissau.

Por lo demás no tiene mucho más, ni había mucho tiempo allí para sentarse sobre algún banquito de la fortaleza. El chico parecía impaciente para que ya me fuera y volver a cerrar el recinto. Pero quedé agradecido con él y con una propina me despedí.
Para rematar la visita
Después ya no había mucho más que ver de Cacheu en cuanto a ver algo que desbordara historia y cultura. Eso sí, si alguno después de leer este artículo llegáis hasta Cacheu y se queda con ganas de más de rascar más, hay naturaleza también.
Yo no tuve ocasión para ello y además estaba un poco saciado de algo parecido pocos días atrás en la zona de Casamance en Senegal. Pero el Rió Cacheu con 150 km de tramo navegable entre manglares, puede dar mucho de sí.

Parece ser que hay pitones africanas, cocodrilos, ardillas gambianas, mangostas y demás especies raras. Conozco a un amigo viajero catalán que recorrió este territorio en el pasado que no vio nada de estos animales. Pero este río se considera como Parque Nacional: “Parque Natural de Manglares del Rio Cacheu”. Por algo será, y la belleza paisajista está asegurada. Imagino que yendo al muelle y preguntando a algún barquero os darán precio para una vuelta.
Con todo ello mi visita allí ya estaba legando a su final. El calor se hacía insoportable en Cacheu y una cerveza bien fría era lo único que apetecía ver y saborear a este viajero. Pero mal sitio era Cacheu para ello. No porque no hubieran, sino porque estaban calientes por los cortes de luz que alimentan a los frigoríficos de las tiendas. Algo habitual en muchas partes del país en horas de luz solar.

La visita para mí estaba vista para sentencia y no aprecié muchas más cosas para ver en Cacheu. Tras pasar por un pequeño mercado que daba algo de animación al pueblo, me cogí otra toca-toca. El regreso a Canchungo fue sentado junto al conductor. Disfrutando del arbolado camino y donde allí sí, me esperaba esa anhelada cerveza…
Si te gusto este post de qué ver en Cacheu, quizá te guste este otro de Portobelo en Panamá
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Interesante ‘post’ de una zona poco conocida para el público europeo, incluidos los portugueses. Muy bien documentado, amigo, y con fotografías que completan tu narración.
Vamos aprendiendo a viajar observando todo, admirando todo y disfrutando. Al menos, a mi me pasa.¡Y qué bien!.