
Quizás no haya muchas mas ciudades en el mundo que nos sitúe en un momento tan trágico en la historia de la humanidad como Hiroshima
Hay muchas ocasiones cuando viajamos, que tenemos que ver y revivir emociones y sufrimientos de un pueblo en forma de memoriales, desmedidos monumentos y enormes estatuas y motivos, que hacen recordar de alguna manera un hecho histórico para que no pase desapercibido, y que sirva de ejemplo para que no suceda nunca más.
Seguramente nombrar la palabra Hiroshima simboliza para todo el mundo un ejemplo de atrocidad que jamás la humanidad pudo imaginar que hubiera sido capaz de hacer, hasta que aquel 6 de Agosto de 1945 marcó para siempre un antes y un después, y que a día de hoy aun quedan secuelas difíciles de superar.
Para cualquier persona que tenga un mínimo de sentimientos, no es nada difícil identificarse con el sufrimiento que sufrió el pueblo japonés ante este ataque nuclear.

Tres años más tarde en un viaje a Manila, mi percepción del pueblo japonés se quedó muy deteriorada a raíz de visitar las ruinas de Intramuros y generadas por los bombardeos de la fuerza aérea japonesa sobre la capital filipina durante la ocupación del archipiélago. Me daba mucho coraje no poder disfrutar de esta parte colonial de la ciudad, también por la desmesurada ambición imperialista del país nipón que bañó de sangre sobre gente civil e inocente las Filipinas, Corea y más áreas del sudeste asiático.
Dejo mi reflexión en el aire para en vez de culpar a unos o a otros, culparnos nosotros mismo como condición humana, y de que no vuelvan a ocurrir estas masacres infundadas en ningún lugar del mundo.
En cuanto a la ciudad en sí, el viajero que llegue a la misma, no encontrará una ciudad diferente del resto del país, ni mucho menos devastada ni asolada, sino una ciudad moderna como tantas, y muy accesible con el tren bala gracias a la magnífica red ferroviaria de alta velocidad del país.
Un museo de la Paz, el Hiroshima Peace Memorial Museum, donde se muestran muchos artefactos que quedaron tras el bombardeo, pero para mí sin duda lo que más tocó el corazón fue el Children’s
Peace Monument donde se hace un especial recuerdo a los niños fallecidos por la bomba. En este monumento se alza la figura de Sadako Sasaki. Esta niña murió como consecuencia de la leucemia que adquirió por efectos de la radiación.
By Carlos Martinez. Prohibida la copia total o parcial de textos y/o fotografías sin consentimiento del autor, en cuyo caso vendrá citada la fuente.
Tal y como dices, una ciudad para el recuerdo y para la conciencia como humanidad.
No conozco Japón ¿lo conoceré algún día?.
Un abrazo.
Cuando estuvimos en Japon, no pudimos por tiempo visitar Hiroshima
debe ser un lugar que como bien dices , nos debe hacer reflexionar y darnos cuenta de lo pequeños que somos, pero lo que podemos llegar a destruir
un abrazo
Hola Carlos esta es para agredecerte tu visita y comentario a mi blog, ya te he agradecido allí pero igual quería hacerlo en tu blo. Y de paso decirte que me pareció buenisima idea la de visitar Hiroshima, nunca se me había ocurrido pero creo que sí,que es un lugar con un simbolismo tremendo para todos los que amamos la paz, buena entrada. Saludos!