
El Nazri, una de las tradiciones más arraigadas de Irán donde la religión, el altruismo y la gratitud se funden en una singular celebración gastronómica.
Una escena, que además de esta bella ciudad del adobe, la puede encontrar cualquier viajero en muchos otros lugares de Irán.
Se trata del Nazri, una tradición en la cual comunidades, grupos de vecinos, familias y cualquier otro tipo de colectivo, se reúnen en la calle para cocinar, y después donar y distribuir comida gratuitamente entre los vecinos como agradecimiento o promesa por adelantado ante cualquier petición a Dios o al Imam.
El nivel de inglés era muy limitado, pero notaba que veían con buenos ojos mi interés. El fútbol suele ser un tema muy recurrido para romper el hielo, y el conocer previamente los rivales que tenía Irán para el mundial de Brasil, hizo fluir mas la conversación, desembocando después a lo que más me interesaba. Aprovechando que iban a remover con la pala la sopa de una de las calderas, me mostraron con todo detalle lo que estaban cocinando. Todo un estampido de olores que me llegó de súbito al destapar la gran tapa. Se trataba de Aash-e Gandom, una sopa iraní muy nutritiva hecha básicamente de lentejas, espinacas, cebolla entre otras legumbres y especias.
Uno de ellos me dijo: «Mañana a las 5 de la mañana, ven y te daremo sopa», y mirando hacia arriba me ensalzaba: «Es gratis, Allah la paga».
Un chico con los que había hablado en la noche anterior me dijo: «Ven, espera aquí». El calor de las brasas que aún se mantenían candentes me hizo la espera más confortable. Salió del interior de la casa anexa a las calderas, y me sacó un táper con dos litros de sopa, con lo que lleno de agradecimiento me la llevé al hotel.
El Nazri en persa significa algo así como: «comida que se ofrece a los Dioses», y por lo visto puede celebrarse en cualquier época del año, pero que se intensifican más durante algunos periodos religiosos como el Muharram, y cuya comida puede variar en función de la región de país.
Durante mi viaje por Irán, ésta no fue más que una de las muchas muestras de amabilidad y hospitalidad que recibí de la gente. Es muy común leer y escuchar de algunos medios y gobernantes, mensajes negativos del país, empeñados en desprestigiarlo y crearnos una imagen deformada del mismo. Pero es nuestro deber como viajeros, transmitir lo que vivimos, vemos y sentimos en los viajes. El Nazri es sin duda un bello ejemplo de humanidad, solidaridad y hermanamiento entre las personas que engrandece a este hermoso país de la vieja Persia…
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Muy interesante.. Gracias por compartir
Vaya experiencia interesante e intensa.
Felicidades.
Sin duda alguna que tu capacidad para la curiosidad aquí no podía faltar a la cita. Ver, conocer, preguntar, absorber y volver a preguntar son verbos muy apropiados para cuando se viaja.
Interesante experiencia. Sencilla pero que deja huella.
Un abrazo.
Ultimamente ha coincidido que ha ido algún conocido a Irán con que he leído algunas experiencias por el pais y la verdad se me antoja muchísimo. Me ha encantado leerte, una experiencia buenísima. Un saludito.