ROSARIO. La cuna de la bandera argentina.

Argentina, Febrero 2010 

Esta vez nos adentramos a lo largo de río Paraná para encontrarnos  con una de las ciudades más importantes de la Republica Argentina.
Esta ciudad, un poco eclipsada por otras ciudades y atractivos más importantes y renombrados de país, ofrece una interesante visita para cualquier viajero que se dirija hacia Buenos Aires desde el norte, o bien desde las occidentales Córdoba y Mendoza.
  
En mi caso, parar llegar a Rosario lo hice desde la norteña Santa Fe en un cómodo viaje en autobús de algo más de dos horas y media. Huelga decir que aparte del avión, el autobús es el medio más eficiente para viajar por este gran y extenso país. 
 
Las terminales de autobús u ómnibus como son conocidas, son en algunos casos más grandes que muchos aeropuertos. Hay variedad compañías de autobús en los que uno puede acomodarse fácilmente al horario que más le convenga. Concretamente el autobús de dos pisos en que llegué llevaba hasta azafata que muy amablemente cuidaba del pasaje y con una dulce sonrisa me ofreció un café. Un viaje bastante placentero sin duda.
 
La Terminal Ómnibus de Rosario de nombre “Mariano Moreno”, me llamó la atención, pues pensé que sería en honor del mexicano “Cantinflas”, pero claro, éste era Mariano y no Mario como el del cómico. Ya un taxista a mi regreso a la terminal, me aclaró que se trataba de un político muy importante argentino del siglo XVIII, aunque en seguida me cambió la conversación hacia el cómico, del cual según me decía se vio muchas de sus películas. La verdad es que es una terminal  muy bonita, reconvertida de la antigua estación ferroviaria y con una coqueta torre con su reloj.
 
Catedral de Rosario.
La ciudad en su centro es muy fácil de caminar y de orientarse por la estructura cuadriculada de calles y avenidas.
Un paseo muy agradable para ver la esencia de la ciudad es por la calle Córdoba, una calle peatonal y comercial donde se ve muy animada, la actividad en cuanto a tiendas, negocios, y en el que el ir y venir de la gente a lo largo de la calle mantiene entretenido a cualquiera que se pasee a lo largo de la misma. En esta calle, también es un buen lugar para encontrar casas de cambio de moneda o sentarse en cualquiera de las cafeterías que se puede encontrar.
En la calle Córdova y adyacentes, el viajero se topará con las plazas San Martín, Pringles y la 25 de Mayo. En esta última se encuentra la Basílica y Catedral, donde la imagen de la Virgen del Rosario que en su día fue traída desde Cádiz es venerada.
También en el centro histórico, para los amantes de la arquitectura fina, dispone de unos edificios civiles interesantes de pararse para contemplar, me refiero al Palacio de Los leones, el mismo edificio de Correos o la sede del Hockey Club. 
 
 
Plaza de San Martín.
Desde la plaza 25 de Mayo y detrás de la Catedral es muy fácil de divisar una “macro obra” que no puede pasar desapercibida para ningún visitante a esta ciudad. Se trata del Monumento Histórico Nacional a la Bandera.
Todo un homenaje a la bandera albiceleste. Es uno de los lugares más emblemáticos del país donde la carga de sentimiento y patriotismo argentino queda ensalzada sobremanera. Aun siendo foráneo, cualquier visitante por momentos, puede fácilmente figurarse el sentir de cada argentino que visite este lugar.
Una robusta y cuadrangular torre erigida de 70 metros es lo primero que se observa del mismo. Un propileo, un patio con una fuente, y numerosas esculturas alegóricas a personajes y héroes de la patria ensalzan todo el complejo monumental, todo ello en bloques de mármol macizo. 
 El patio cívico sirve también para celebrar y congregar a gente en numerosos actos que se dan.
 
Monumento Histórico Nacional de la Bandera
 
También dispone de un museo en la parte inferior como continuación al homenaje a la bandera y en cuya sala principal están todas las banderas del continente americano representadas.
Desde allí se encuentra uno ya, muy cerca de la ribera del Rio Paraná, en lo que se conoce como “la costanera”, estos clásicos paseos tan presentes en varias ciudades argentinas, sobre todo del rio Paraná.
La costanera de Rosario cubre más de 15 km. bordeando el río con zonas arboladas, de ocio, restaurantes, playa, etc.
En Rosario se convierte en zona muy animada y en particular los fines de semana por familias, aficionados al jogging.
 
Vieja estación de Rosario Central.
Mi paseo no fue muy extenso por la misma, concretamente desde el  Parque Nacional a la Bandera hasta el Parque de las Colectividades  pasando por el Parque de España, pero suficiente para darme una idea de la misma.
Desde allí y regresando de nuevo hacia el centro buscando la Plaza San Martin, me encontré con una playa de vías ferroviarias descuidadas, con señales e instalaciones de épocas y de tiempos en el cual no resultar difícil imaginar la muchedumbre de gente caminando por los andenes y el silbar de las viejas locomotoras anunciando su salida.
 
Mi interés por los temas ferroviarios me llevó a descubrir que se trataba de la antigua estación de “Rosario Central” ahora reconvertida en su edificio de viajeros para usos municipales y administrativos, y sin ninguna vinculación ferroviaria.
Lamentablemente me estoy acostumbrando en mis viajes por este bello continente a escenas de este tipo. Me resulta conmovedor el poco esfuerzo que hacen las administraciones por mantener e invertir en este bonito medio de transporte, y de cómo la inversión empleada y el desarrollo que supuso el ferrocarril para el continente americano se vea abocado al olvido más absoluto.
 
Placa de márbol reivindicando la apertura de la Estacion 2Rosario Central» .
 
Y después de este paseo por la ciudad llegó el momento para sentarse y probar el Rosario gastronómico. Honestamente me faltó el ir a algún lugar o local emblemático para probar las exquisiteces culinarias de la ciudad, aunque no parece ser muy diferente de lo que uno se pueda encontrar en Buenos Aires o Córdoba como  un buen asado o del “bagna cauda”, del cual dicen muy sabroso fondue italiano herencia de los numerosísimos italianos que se establecieron en la ciudad.
Al final terminé en Las Tinajas en la Avenida Pellegrini. Un local conocido entre los rosarinos, muy amplio, ideal para llenarse el estómago con el surtido y variado buffet, aunque yo opté más por los asados que preparaban en el fondo del local. Personalmente, el visitante en Argentina no  puede perder nunca la ocasión para probarlos.
Y de postre, un buen café y unos alfajores para acompañar.
 
Ya completamente satisfecho de la comida y la visita, era momento para regresar a la terminal Ómnibus Mariano Moreno. De nuevo para regresar rumbo al norte, en esta ocasión a la capital de Entre Ríos, Paraná, y  de la que gustosamente relataré en otra ocasión.
 
Prohibida la reproducción total o parcial del post (fotos y texto)  sin consentimiento del autor en cuyo caso vendrá citada esta fuente.
 

1 Comment

  1. Por lo que describes, un recorrido completo a esta ciudad argentina, cuna del 'Che'.
    Recuerdo -es lo poco que sé de la cuidad- cuando el 'Che' salía en motocicleta de su casa en Rosario. Película: "Diarios de motocicleta".
    Cada vez me animo más a visitar Argentina, que no conozco.
    Un abrazo, joven.

Leave a Reply

Tu dirección de correo no será publicada.


*