BUSÁN. El puerto de Corea del Sur.

Corea de Sur, Agosto 2010.

Si Seúl para Corea del Sur representa la capitalidad con todo lo que eso conlleva, centro de negocios, ministerios, universidades, etc., Busán representa para Corea el dinamismo, vitalidad y sobre todo la puerta de entrada del flujo comercial y económico del país, cuyo puerto se convierte en el cuarto del mundo en recepción de mercancía de contenedores. Como el mismo símbolo de la bandera coreana de ying y el yang, ambas ciudades antagonistas pero unidas, se complementan perfectamente para llevar al país a uno de los más pujantes e industrializados de este asiático.
 
Es sin duda la ciudad más importante del este coreano y también un importante foco turístico nacional atraído por sus magníficas playas que rodean a la ciudad. No en vano es conocida también como “The summer city” entre los coreanos.
Busán también lo veréis escrito como Púsan aunque para los coreanos creo que no hay mucha diferencia en la pronunciación.
 
PIFF Square de noche.
Esta ciudad tiene la virtud de que es  muy manejable para moverse. El transporte como en el resto de Corea es inmejorable y concretamente en Busán aun más, gracias a la excelente red de metro que abarca las áreas más importantes de la ciudad.
 Aunque hay templos budistas importantes como el de Beomeosa, no considero que sea el mejor lugar para ver éstos si se han visitado previamente en ciudades como Gyeongju o Gyeongnam.
 
Aun así, puede ser un buen punto para establecerse dos o tres días y disfrutar de sus playas, centros comerciales, innumerables cafés, y paseos a lo largo de las calles comerciales.
 
Para llegar hasta allí, la ciudad está muy bien comunicada por tren de alta velocidad con Seúl y por autopistas en la que se puede llegar cómodamente en autobús.
 
Incluso Busán es una muy buena opción para aquellos viajeros que decidan continuar a Japón tomando un ferry nocturno que le llevará hasta Fukuoka.
 
Surtido típico de comidas coreanas para probar
En mi caso para llegar lo hice desde la histórica ciudad de Gyeongju en un tren convencional de poco más de dos horas de trayecto. Sin ser un tren de alta velocidad era bastante cómodo y funcional, y recuerdo que hasta disponía de un coche con maquinas de videojuegos. No os digo nada de cómo estaba de adolescentes jugando.
 
 
La estancia en Busán fue de tres días durmiendo en moteles .Uno en Haeundae que ya no recuerdo el nombre a dos cuadras de la playa y las otras dos noches más hacia el centro, en el Motel Elysee cerca de Yongdsan Park.
 
En Corea los moteles usualmente son utilizados por parejas para sus encuentros, pero pueden ser usados también para pasar sin problemas la noche entera como si de cualquier hotel se tratara.
 
El primero lo recuerdo por el sistema tan complicado para abrir la puerta en el que desde recepción te activaban un código que se tenía que teclear junto a la puerta .No sé qué pasaba que se bloqueaba frecuentemente y había que bajar doce plantas cada vez que eso ocurría y con la dificultad que conllevaba entender a la recepcionista que no sabía una palabra en ingles. A veces con lo fácil que es una simple llave.
Lo bueno es que por habitación estos moteles son extraordinariamente completos. Maquinas de café, TV súper grande plana, ordenador con internet, sauna, bañera con hidromasaje, focos de colorines, y desde un mando lo controlas todo. Y lo mejor de todo por poco mas de 30€.
No me extraña que las parejas se sientan tan a gusto en ellos. Son muy fáciles de localizar por que tienen una entrada algo tenebrosa como para mantener la discreción y el anonimato.
 
Lo que me sacó mucho de onda es que en todas las habitaciones tienen una cuerda sujetada a una argolla que se desenrolla para usarla en caso de incendio y descender por la fachada. Si se diera el caso, me plantearía seriamente el tener que hacerlo y  más aún si se te toca en los pisos de arriba. Por descontado no busquéis el número cuatro del ascensor, que no está. La tetrafobia como en China, Taiwán y Japón, existe también en Corea.
 
Voy ahora con los lugares y sitios que vi:

 

Interior del Mercado de Pescado Jagalchi.

 

Mercado de pescado Jagalchi:  Imprescindible, de hecho creo francamente que si se viene a Busán y no se visita, es como si no se hubiera venido.

 
A cualquier hora está bien la visita, pero en especial a muy a primera hora donde se produce la subasta y se produce el regateo de precios del pescado recién traído del mar.
 
El mercado propiamente está en un recinto cerrado, pero fuera se prolonga interminablemente a lo largo del muelle en el que excepto algunos puestos de fruta y verdura, lo único que se encuentra es pescado de todo tipo y variedad.
Lo normal es ver el pescado como en recintos con agua donde se oxigena constantemente para que el pescado se mantenga vivito y coleando. En Corea gusta comer el pescado lo más fresco posible y así es la mejor manera de que vaya vivo de la sartén  al plato.
 
 
Alrededores del Mercado  Jagalchi.

Normalmente los puestos de venta están a cargo de mujeres de mediana edad conocidas en Corea como “ajummas” y que te intentan con insistencia vender su género. Evidentemente el pescado no es un producto que el viajero pueda adquirir para llevárselo, pero si se compra te lo pueden cocinar justo en el piso de arriba expresamente para ti gracias a los numerosos restaurantes que hay para ello, y de paso disfrutar de la atrayente vista del puerto.

Aparte del pescado convencional que se vende además de pulpo, moluscos y marisco, me llamo mucho la atención una especie de grandes gusanos de color rosa llamados por los coreanos “gaebul” que se movían constantemente.
 
En este mercado el suelo está siempre mojado por lo que hay que andar con mucho cuidado ya que está bastante resbaladizo.
 
En la parte exterior además del pescado reseñado anteriormente hay muchos puestos de pescado seco ,como deshidratado , un método bastante utilizado para la conservación y muy interesante de ver. Sobre todo el verlos pulpos así tan tiesos se me hizo muy peculiar.
                                                                                                                                                       
 
Playa de Haeundae.
Playa de Haeundae. Es algo así como Miami Beach o Benidorm a la coreana. Ya os lo imaginais, bloques de hoteles, apartamentos, restaurantes, lugares de ocio, etc. Yo con el día que estuve me sobró, pero entiendo que dependiendo de cada quien en cuanto al gusto por la playa pueda prologar su estancia.
 
Digamos que es la playa referencia del país donde mucha gente veranea. No será la mejor playa de Corea pero  la infraestructura comercial y hotelera que le rodea la hace la más popular.
 
En la playa la gente se refugia mucho en las sombrillas, como que existe esa cultura contraria a la nuestra en la cual la belleza no está muy relacionada con lo moreno de la piel, sino más lo contrario, el “cuanto más blanquito más bonito” parece que les funciona. Esto se hace más evidente cuando la gente, tanto chicas como chicos, se bañan con una camisa. Creo que la razón se debe más al aspecto que señalo  que al pudor en sí.
 
Como curiosidad, es que hay mucha homogeneidad en cuanto las sombrillas, del mismo color y son muy aficionados a los salvavidas. Yo creo que los alquilan allí mismo pues son todos amarillos.

 

Disfrutando de una barbacoa coreana de galbi.
No faltan los moteles como me referí antes, y en la zona sobre todo que va de la estación a la playa, las conocidas cadenas de cafeterías que se ven en todo el mundo y muchos restaurantes de comida rápida, de cocina internacional y étnica. También calles comerciales muy animadas para darse un paseo. Una zona muy viva donde rebosa juventud mires donde mires.
En mi caso opté por lo local en el restaurante Haeundae Rib Barbecue para comer Galbi , unas costillas de ternera marinada que te sirven cruda y tú te la tienes que cortar y cocinar ahí mismo en la mesa al carbón. Viene acompañada de varios platitos más, como anchovitas, arroz, hojas de lechuga o sésamo y por supuesto el omnipresente kimchi que se ve en cualquier mesa coreana. Una autentica delicia que no me he podido dejar pasar cada vez que he ido a Corea por mucho pescado que haya en zona.
Haeundae está como a veinte paradas de metro del centro de Busán por lo que es buena idea si se viene desde el norte por la costa, el establecerse un día allí para continuar hacia el centro al otro día y disfrutar de la vida nocturna de la zona.
 
Área de Nampo-Dong: Es una zona muy céntrica de Busán. Saliendo de la estación del mismo nombre del metro es cuestión de caminar por la calle comercial Gwangbokno, un boulevard con numerosas tiendas de moda de marcas conocidas y que no en vano es conocida como la fashion Street. En los fines de semana que no está permitido el paso de vehículos suelen haber actuaciones de grupos de Jazz y otros eventos culturales. Esta calle animosa nos lleva caminado a la Plaza PIFF. No perdáis de vista las simpáticas estatuas de bronce en tamaño real que hay a lo largo de la calle.
 
 
Boulevard Gwangbokno.
La Plaza PIFF es una zona de las zonas más animosas de la ciudad y es donde se celebra uno de los festivales cinematográficos más importantes de toda Asia. En este lugar con muchos cines, tampoco podía faltar las esculpidas huellas en el suelo de actores y directores famosos al más estilo Sunset boulevard de Los Angeles. Esta zona en particular, la recomiendo visitar por la noche por su colorida iluminación de luces de neón.
 
Muy cerca de la Plaza PIFF podemos visitar el Mercado Gukje. Este mercado que ocupa varias manzanas hay de todo para comprar, desde bolsos, souvenirs, electrodomésticos, artículos de hogar, ropa etc. En muchos puestos e interior de las tiendas veréis que las vendedoras irán hacia vosotros interesándose en darte información para cualquier cosa que mires. Esto es algo cultural en Corea y puede resultar un poco molesto  que no nos dejen por nuestra cuenta echar un vistazo a  lo que venden sin ser atosigados.
 
Yo me aprendí una frase en coreano (y que me perdone si lo digo mal por si algún coreano me lee) para decirle a las ajummas vendedoras. “Ku kaong choun jalkeio”, y que quiere decir algo así como que prefieres mirar por tu cuenta y si necesitas algo les pedirás información.
 
Se conoce que en alguna ocasión no lo diría muy bien porque algunas se reían de mí. Pero sabían muy bien lo que me refería.
 
Sin duda es un animado mercado de la zona Nampo-Dong y que hay que visitar.
Puesto callejero de comidas cerca de nampo- Dong.

También por Nampo-Dong si queréis degustar comida coreana de verdad y a buen precio, dejaros caer por las calle Moekja golmok donde se puede comer “Bossam”, patas de cerdo hervidas envueltas en hojas de lechuga con kimchi y demás verduras curtidas. Del mismo modo y como en cualquier puesto callejero de Corea es buen momento para probar “Tteokbokki”, que es como unos fideos bastante gordos hechos de pasta de arroz con una salsa roja, y que pica bastante. En lo platos coreanos la ecuación “comida de color rojo es igual a picante” casi siempre se cumple.

En toda esta zona hay multitud de restaurantes de comida local y cafeterías. Yo que pensaba que Corea era un país con tanta tradición del té, realmente lo es, pero hay que ver la cantidad de coffee shops que hay. Hay una cadena en particular que se llama Paris Baguette y la vi en toda Corea. No sólo te ofrecen café ,también disponen de una muy amplia variedad de pasteles dulces y salados, y presentados con mucho estilo. Si estáis preocupados por vuestra figura, hasta podéis ver el número de calorías que tiene lo que vayáis seleccionando antes de llevároslo a la caja y de este modo sentiros menos culpable. Aunque los coreanos son muy buenos para la repostería y será muy difícil doblegar a la tentación.

 
Campana del Parque Yongdusan.
Otro lugar para darse una vuelta es el Parque Yongdusan. Situado en la parte más alta de la ciudad, es bastante accesible desde la calle comercial Gwangbokno a través de una serie de escaleras mecánicas cubiertas que te conducen a la explanada del parque.
 
Allí podemos ver la torre de Busán de 120 metros a la que se puede subir para ver la panorámica de la ciudad. Yo no subí pero si se quiere hacer, como en cualquier torre de estas características, consideraría hacerlo solamente si el día es suficientemente claro sin la más mínima niebla. Por malas experiencias pasadas, pocas cosas son tan frustrantes como subir a estas torres y no ver más allá del cristal.
 
El parque es bastante animado sobre todo los fines de semana en las que suele haber actos culturales. En el mismo complejo haya algunas cafeterías y monumentos significativos para los coreanos. Destaco una súpercampana  que sólo la usan para año nuevo.
 
En frente de la parada del metro Nampo Dong hay un megacentro comercial de la cadena Lotte que recomiendo. No para comprar, sino para deleitarse con una fuente que acompañada de música clásica hace un espectáculo para mí único. Las luces de colores al ritmo de la caída del agua toman formas muy caprichosas ante la fija miradas de los clientes. Además no hay que pagar nada por verlo. Es la verdadera atracción de este centro comercial que incluso está inscrita en el libro Guinness como la fuente interior más alta del mundo.
 
 
Estos centros comerciales de la cadena Lotte están en toda Corea, más o menos como nuestro Corte Inglés. Normalmente en la planta baja o semisótano hay supermercados y lugares para comer. Pues si vais en la última media hora antes de que cierren, os podéis llevar comida en bandejas a la mitad del precio de cómo ha estado en todo el día. Esta es una buena solución que utilicé en alguna ocasión para ahorrarme unos cuantos wons en comida.
 
Típica calle  comercial en el área de Nampo-Dong.

En Busán tambien es una ciudad idónea para los que les guste los SPAS y baños termales. Toda una religión entre los coreanos . Aún con la barrera del idioma que impide la comunicación oral, nunca notareis rechazo de la gente, que más bien al contrario, os tratarán generalmente con educación. No os sorprenda que en el metro, en la calle o cualquier otro lugar público, haya gente que quiera hablar con vosotros y salgan conversaciones espontáneas. No es el mismo caso que se da en otros paises asiáticos y en el que este tipo de situaciones acaba al final  en un ofrecimiento comercial. Mucha gente aprovecha vuestra presencia simplemente para interesarse por nuestra cultura o hablar de fútbol  y de paso practicar un poco de inglés.

 
También es un momento ideal para aprovechar y preguntarles lugares auténticos que sólo ellos saben y que no aparecen en las guías de viaje.
En resumen, por los lugares que he relatado y otros que no pude visitar no menos interesantes, considero que Busán debe ser una parada obligatoria en cualquier recorrido por este lejano país.
 
Esto es la magia de estos viajes que tanto permanecen en el corazón, y que no se terminan en el avión de vuelta. Desde que regresé, no hay día que vaya a Mercadona a comprar pescado y con mi mirada perdida en el mismo, me traslade mental y espiritualmente al mercado de Jagalchi …..Que fascinante sensación!! 
 

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